San Pedro Sula, entre las ciudades del país afectadas por el turismo sexual
La Capital Industrial se convirtió en la sede de la XV reunión anual del Grupo de Acción Regional de las Américas (Gara) 2022, que se realiza en prevención de la explotación sexual a niñas, niños y adolescentes en viajes de turismo.
El evento fue el espacio ideal para que 14 países del continente compartieran las prácticas y estrategias ejecutadas por cada uno para combatir este flagelo, el cual de manera casi invisible afecta a miles de menores y mujeres en el mundo.
Expertos en el asunto señalaron que si bien el delito se da mayormente en las zonas turísticas, también las ciudades con grandes poblaciones lo sufren, como el caso de San Pedro Sula, en nuestro país.
Sua Martínez, secretaria ejecutiva de la Comisión Interinstitucional contra la Explotación Sexual Comercial y Trata de Personas de Honduras (Cicesct), detalló que la Capital Industrial, como todo el resto del territorio, reúne lamentablemente las condiciones y características para el delito de trata de personas: ser un destino de tránsito y origen para llevar a cabo este tipo de vulneraciones.
Junto con San Pedro Sula, Tegucigalpa, Comayagua, Choluteca y La Ceiba también logran ser un paraíso para los extranjeros que llegan a nuestra nación a cometer las transgresiones.
Martínez agregó que en lo que va del año han rescatado a 45 víctimas de trata, de las que 68% son niñas de entre 8 y 16 años.
En esta misma ruta se desarticularon dos redes de tratantes, los que enfrentan un proceso judicial.
El turismo en Honduras resulta ser la cuarta fuente de divisas, después de las remesas familiares, las exportaciones de bienes y la maquila, sin embargo, los viajeros pueden aprovechar su estadía para practicar el turismo sexual.
Reizel Vilorio, viceministra de Turismo del país, aseguró que como instituto están comprometidos en fomentar el espacio para las iniciativas encaminadas a fortalecer el hábito de la denuncia.
Manifestó que en lo que va del año ha habido campañas de sensibilización en Roatán, San Pedro Sula y Tegucigalpa enfocadas a trabajadores de centros turísticos, lugares nocturnos, taxistas y estudiantes.